LOS LIMEÑOS


Si se compara la forma de comportamiento afectivo de las generaciones anteriores con las más actuales, se podrá ver que la manera en que el joven limeño se comportaba ha cambiado mucho con el paso del tiempo. Antes, expresar muestras de afecto en lugares públicos era  mal visto y hasta castigado por la sociedad. En contraste, se puede notar que en pleno siglo XXI las cosas han cambiado. Y esto ha sucedido a nivel mundial gran parte como consecuencia de la revolución sexual de los sesentas. Se ha podido comprobar un cambio significativo en las actitudes, comportamientos y regulaciones institucionales, lo que ha llevado a nuestra generación hacia una naturalización de la sexualidad en ámbitos públicos, aumentado por el papel de los medios de comunicación.

Los limeños suelen tener una comunicación llena de gestualidades,  de mucho contacto, en el caso de los jóvenes, y ciertas palabras que van de acuerdo a su contexto social.  Pero a grandes rasgos, ¿cómo somos los limeños? Si bien es cierto que no se puede generalizar, algunas de las frases que primero se nos vienen a la mente, ya sea por haberlas escuchado o sacado de experiencias propias son “el limeño es amable y criticón a la vez, relajado y, al mismo tiempo, desconfiado, ingenioso cuando quiere, patriota aunque a veces no lo reconozca, curioso,  apurado, atrevido…” y la lista continúa; sin embargo, estos son simples estereotipos (pueden ser ciertos o no) aplicados al sujeto de este análisis. 

Adicionalmente, consideramos apropiado señalar que el toque romántico siempre ha estado presente en nuestra cultura. Desde la coquetería de la tapada limeña o la marinera con su elegancia y representación del cortejo, hasta el día de hoy con la presencia de uno de los parques más conocidos en Lima, el denominado ‘Parque de la Amistad’ o 'El parque del amor', que, en el ámbito de la música, ha inspirado los dulces valses dedicados al amor; así mismo, basta solo con ver los títulos de las canciones que interpretan nuestros artistas populares nacionales y con la gran acogida de las baladas por parte del público limeño para saber que convivimos con el ‘romance’. Nuestro cantante bandera, Gianmarco, se hizo conocido gracias a su tema ‘Una canción de amor’ y hasta la fecha sigue deleitando al peruano con sus lentas melodías y quien parece seguir sus pasos es Nicole Pillman, joven que nos representó en Latin American Idol en el 2008 con su sencillo ‘Entre la espada y la pared’. Entonces, a la larga lista de características – estereotipos se puede deducir que el limeño… es romántico. Y precisamente, en este trabajo nos hemos propuesto el analizar sus formas de expresar el afecto en lugares públicos, siendo los jóvenes nuestra audiencia objetiva.


                    
Es importante entrar a tallar, desde el inicio, que existen muestras de afecto que se consideran más propias de las mujeres y no son tan fácilmente aceptables cuando las realizan los varones. En nuestra cultura limeña, es muy poco común ver a dos jóvenes del sexo masculino de la mano, o saludándose con un beso. Además de los lugares, los momentos y las personas existe un factor importante en toda manifestación pública de afecto: los términos empleados en ella.
Para empezar, la comunicación no verbal va de la mano con las expresiones públicas de afecto, ya que existen muestras de afecto faciales que pueden aumentar, repetir, contradecir o no guardar relación con lo que se esta diciendo. Asimismo, el movimiento del cuerpo, la mirada, la gesticulación influyen significativamente. Todo esto implica la aceptación o falsedad del discurso que se está dando.
Por ejemplo los términos utilizados por los jóvenes limeños al momento de manifestar su afecto públicamente están marcados por la confianza existente entre ellos, por lo que utilizan un lenguaje común, de fácil entendimiento, es decir, coloquial. Por ejemplo, frases como: mi amor, bebe, gordito, flaquito, princesa, ¡estás buenaza! , ¡Qué buen chape!, etc… forman parte de algunas de las típicas frases que se emplean en una pareja, en el caso de una relación amical, las frases no tienen cuando acabar, por ejemplo: eres mi pata, mi brother, mi causa, mi BFF, eres el mejor amigo del mundo, chévere, paja, bravazo, etc… buscan demostrar mediante la comunicación el grado de afectividad que se tiene con la otra persona.
Todos estos comportamientos y manifestaciones están llenos de significados que se pueden interpretar de distintas maneras de acuerdo a cada persona y al contexto en el que se encuentran, juego de roles y que al ser aceptados o no, los moldean de afuera hacia adentro y viceversa, configurando una identidad propia y generando una identidad colectiva que a su vez nos hace formar parte de la misma.

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Las diferencias en la cualidad y la cantidad de las expresiones públicas de afecto entre los diferentes países es un tema muy interesante y apasionante. En un artículo reciente del The Foreign Exchange, del departamento de lenguas y literaturas extranjeras de la Universidad Nacional de Taiwan, publicaron algunas diferencias básicas entre la cultura Taiwanesa y la Latinoamericana. Históricamente, ese país oriental ha sido bastante conservador, no comparten sus sentimientos a menos que sean con algún familiar y las demostraciones públicas de afecto son raras. Aquí, la diferencia generacional entra a tallar, ya que estas últimas expresan más abiertamente su amistad y familiaridad con besos, aunque no generalicemos, o tomándose de las manos, especialmente chicas. En contraste a esa herencia oriental, en Latinoamérica, las expresiones son más aceptadas, como besos en las mejillas como signo de saludo o incluso respeto.

En otros países árabes las reglas son más estrictas y abarcan más ámbitos de la vida social. Por ejemplo, está totalmente prohibido saludar, comer o recibir algo con la mano izquierda. ¿La razón? La mano izquierda está destinada exclusivamente para la higiene personal. En India, Pakistán, Turquía y Bulgaria, los gestos con la cabeza que expresan afirmación y negación están seguramente invertidos a como tú lo haces en tu país. Dubai, a pesar de poseer una imagen muy moderna, se rige por las leyes Islámicas. Las relaciones sexuales fuera del matrimonio están penadas por ley y conllevan pena de cárcel; por otro lado, olvídate de salir a comer en público durante la luna llena del Ramadán: está prohibido hasta el atardecer.

Podríamos continuar con más ejemplos resaltantes, pero deseamos que esta información adicional haya satisfecho su curiosidad intelectual, o por lo menos, empujarlo a descubrir mucho más.