Conclusiones

En el recorrido que este trabajo nos instó a realizar y al pasar por todo el proceso que implica un tema tan interesante como es el de la comunicación no verbal, se ha podido llegar a y reafirmar ciertas conclusiones tanto de lo que se ha visto en las calles y de lo que se ha analizado consultando diversos autores. 

En primer lugar, se han observado variadas manifestaciones de afecto en los tres lugares que visitamos, ya sea en el material grabado o en nuestras observaciones directas; es decir, somos una cultura expresiva que no tiene grandes reparos en expresar su cariño o sus situaciones conflictivas en público. 

En segundo lugar, la cantidad y la forma de expresarlos sí es variable de acuerdo a la clase social a la que se pertenece y al contexto situacional en el que se encuentre. En espacios públicos y abiertos, pudimos ver que las expresiones de afecto demuestrán mayor cercanía y dinamismo, porque existe un mayor contacto físico, mayor juego de roles y más historias sucediendo en el interior de su microcosmos. Nos referimos al parque Kennedy y a la Plaza de Armas de Lima. En estos dos lugares, tanto bajo nuestras cámaras como fuera, abundan los besos, los abrazos y hasta juegos físicos que demuestran familiaridad y confianza (como el video del grupo de adolescentes). Por el contrario, en general en el C.C. Jockey Plaza, las parejas y grupos eran más reservadas. Seguramente porque es un lugar de tránsito entre los distintos lugares alrededor. Sin embargo, se pudo apreciar una gran excepción que saltó a la vista. Esta fue una pareja de adolescentes distraídos de lo que pasaba a su alrededor quienes no tuvieron reparo en demostrar su cariño y posesión el uno sobre el otro de manera bastante explicita pero sin llegar a ser incómodo para las demas personas, aunque sí lo suficiente como para llamar nuestra atención. Lo interesante de este hecho es que, por un momento hacia el final, el joven miró al rededor en afán de buscar alguna mirada sobre ellos, consciente de las regulaciones sociales implícitas para la conducta frente a desconocidos en lugares públicos.
 
Al final de los análisis que se desarrollaron a raíz de las visitas hechas,  nos empezamos a cuestionar sobre la naturaleza involuntaria de la comunicación no verbal. Nos preguntamos ¿cómo  sería si monitoreásemos constantemente cada una de las interacciones que establecemos en la vida cotidiana? Esto nos remitió a la siguiente respuesta: efectivamente, se perdería la verdadera esencia de la comunicación no verbal. Se volvería mecánico y prefabricado lo que haría que aquel mensaje sutil  ya no tenga tanta variedad de significados válidos, sino uno construido e impostado. Las expresiones de afecto de cada persona no serían tan auténticas y ricas como se muestran en los videos de este blog en tan solo treinta segundos.  

Es importante saber que hay algo más que las palabras; que no solo nuestra voz puede decir todo lo que queremos expresar  como afecto, sino que nuestra postura corporal, gestos, expresiones faciales, el espacio entre cada persona, etc  también lo hacen todo el tiempo. Los adolescentes, jóvenes y adultos seguirán –y seguiremos- apropiándonos de los espacios públicos y jugaremos a hacerlos un poco más nuestros, cada uno a su manera y cuan íntimos querramos o nos lo permita la censura. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario